lunes, 15 de marzo de 2010

Qué lejos, qué tarde

Aquí son ya las 3:14 de la mañana gracias a este cambio de horario, aliado al maldito despertador para robarnos una hora de sueño. Acabo de bajar la persiana para poner fin a un domingo desilusionado. Me voy a la cama con los deberes a medio hacer. Con el cuerpo castigado por un fin de semana fatigoso y la mente engañada, sin haber recibido la desconexión laboral que el viernes le promete.

Estoy en otro mundo. Vivo bien, no me puedo quejar, pero mi alma esta en coma. Allí respiraba barrio, amigos, familia y libertad. Aquí la duermen con trabajo, horario, responsabilidad y madurez, a la que algún día espero sacarle partido y de repente, volver a despertar.

Me voy a dormir, buenos días a todos allá.

I need you so, see you soon.

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