lunes, 1 de marzo de 2010

Aquí saben exigir, en Grecia han aprendido


El otro día me tocó cubrir una protesta de inmigrantes contra los despropósitos del sistema social estadounidense que de repente olvidó Obama.

Fue increíble ver a tanta gente latina que sin estar en una situación cómoda, ni siquiera para levantar la voz, salió a la calle para pedir justicia económica y social.

La crisis mundial ha afectado hasta al más gigante, Estados Unidos. Pero si ves cómo funcionan aquí las cosas pronto te das cuenta de que saldrán a flote enseguida. Porque así lo exige el pueblo. Sale a la calle, se manifiesta, pide justicia y decide con su voto.

Nada que ver con España. Que parece presumir a pesar de tener una de las tasas de desempleo más altas de los países desarrollados y una clase política nefasta, fruto de un pueblo al que nadie le explicó nunca para qué vale su voto y que se limita a poner en el papelito PP, PSOE o ni siquiera ejercer su derecho a la democracia.

Encima, la media joven de nuestro país, la que debería de ser el motor de la sociedad, es desinteresada y conformista. No por culpa de ellos ni de la play station, sino de la nefasta educación con aires de suficiencia que se nos está dando. En España no vamos a salir a la calle a protestar nada. Porque el país no está para esos trotes.

Porque la mayoría de gente vive engañada "no estamos en una crisis", "la culpa es de Estados Unidos", "ya ha pasado lo peor", "nos estamos recuperando".

Porque los sindicatos están mas que comprados.

Porque cualquier cosa que digas es "porque eres rojo o lo azul".

Porque el Barça y el Madrid siguen ganando y encima hay mundial.

En definitiva, Estados Unidos no, pero España es un país muy fácil de gobernar.

Y para darme cuenta de esto he tenido que venir a los Estados Unidos, porque en España seguiría metido en una de las miles burbujas de incultura que nuestro país nos ofrece. Hay que ser muy listo para ser una persona exigente en España.

A ver si cuando estemos hundidos en el fondo, bien al fondo, como esta Grecia ahora, salimos a la calle. Porque ahora las revuletas que ahí en el país de la filosofía me dan envidia y, espero, que miedo a los políticos españoles.

PD: Bueno, dejé a un lado la catarsis y la crónica directa de mis actos al otro lado del Atlántico porque lo extraordinario y novedoso se está convirtiendo en rutina. Pero esperen , que este finde hay lío.

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