viernes, 29 de enero de 2010

Hoy tuve que acudir a ti


Quiero ser muy breve, porque no estoy orgulloso de tener que acudir a ella. Me alejé (o me alejó) para aprender, crecer como persona y profesional. Para hacerme un hombre, dirían mi mamá y mi abuela.

Después de tener riñas por su forma de vivir y actuar, y a pesar de mamarla desde chico con mi tío en el Carranza, aprendí a quererla en la distancia. Estudié lejos de su marea, su risa y su gracia. Dejé de sentir su brisa, su carnaval y mi casa. Desde entonces me he intentado alejar de ella y quererla, pero en la distancia.

Ahora, con un océano que nos divide y un futuro que nos aleja, me doy cuenta de que desde que me fui cuando era un niñato, trabajo por regresar a su vera.

El caso es que hoy, estando en Estados Unidos, aprendiendo periodismo como nunca imaginé y a la que diariamente doy las gracias por haberme otorgado esta oportunidad, me he dado cuenta de que te echo de menos cuando siempre te sentí de más.

He recordado a Cádiz, la de todos, porque esta noche recurrí a su carnaval. Como en todos lados aquí también hay momentos duros y hoy ha sido el más incómodo desde que llegué.

Gracias a los enlaces que me sirve mi amigo Mojón, Los Falsos me arrancaron una sonrisa e hicieron escribir esto y, de paso, me acorde de también su primo y mi amigo Ale. Que me perdone Luis, pero hoy no estaba para las lágrimas de Aragón.

Desde que me levanté todo fueron reveses que estaban preparados a traición. Espero que todo se solucione pronto pero ya nunca me olvidaré, que cuando me sienta triste a Cádiz recordaré.

Obviamente no estoy en un gran momento. Espero que todo se pase y vuelva la normalidad. Aunque me voy a preparar por si no aventa la tormenta, pues de aquí me voy cuando este preparado para marcharme y no será ahora.

Hasta en el paraíso había días malos. Me imagino.

viernes, 22 de enero de 2010

Al fin es viernes



Viernes 22 de enero aquí, 5 de la madrugada del 23 en España. Acabo de dejar la oficina, al fin. Barack Obama habla sobre los debates de la nación en Ohio, dónde apenas está oscureciendo, y yo me aburro como un seto.

Comienzo un fin de semana sin cerveza, fútbol, cine o amigos. Pero mañana tengo partido, luego iré a comprar unos refresquillos para ver la NFL (que se acerca la Superbowl) y el domingo tengo que ir a Louisburg a fotografiar una casa escenario de una tragedia terrible. Estará sellada por el departamento del Sherif, habrá investigadores del CSI...de película, así es USA.

Para nuestro entretenimiento, aquí dejo un par de cositas de mi vida norcarolina:

Marta boxeando como Pacquiao en la Wii...




Homenaje a Martin Luther King el pasado lunes 15 de enero. Emotivo.



Marta y yo con...(redoble de tambores)....El Rey Misterio. Jejejeje.















Estuve en la NBA y...tapón de Marc Gasol!!! Aunque ganaron los Bobcats.
















Después de más de una hora esperando que se cargasen los vídeos...y Obama sigue hablando. A ver si trabaja igual detrás de las cámaras y saca las reformas migratorias y de salud adelante. Lo dudo.

jueves, 21 de enero de 2010

Crecer y enriquecer


La lectura es fuente de sabiduría. A la mierda, ¿he descubierto, acaso, el mundo con esta frase? Ni por asomo.

Es una frase escrita, leída, dicha y oída tantas veces y por personas tan dispares que uno no sabe si tenerla en cuenta o meterla en el baúl de frases que, por ser repetidas y tomadas por cualquier cultureta de carpeta, pasaron de célebres a pedantes. De ser dignas de algún filosofo griego a salir de la boca del listillo de turno que presume de cualquier conocimiento por más superficial que sea.

Pero cuando vive en primera persona una de estas frases célebres, se siente partícipe de ella.

Ayer no sabía nada del 287 (g), del sistema Comunidades Seguras ni siquiera del estilo que el reportero de semanarios debe tener para ser claro y atractivo.

Hoy, después de leer un pequeño informe sobre inmigración de 18 páginas y comenzar a devorar páginas de un tomo sacado de alguna universidad sudamericana que me facilitó mi editor de redacción, (que deberían de leer en voz alta en todas las aulas de periodismo, donde no te enseñan absolutamente nada, de la Madre Patria) sé mucho más que ayer de todas estas cosas.

A medida que uno va cumpliendo se va dando cuenta de que todo lo que le decían de pequeño era verdad. La vida pasa volando, cuida a los que te quieren, intenta siempre ser el mejor en lo tuyo, lee y no pierdas tanto el tiempo, si te portas mal dios te ve y...bueno no, todas no eran verdad, menos mal.

La foto no tiene nada que ver con esto...sólo soy yo haciendo el tonto en Washington :D.

martes, 12 de enero de 2010

Apartar las pasas


Prólogo: He estado mucho sin escribir. Han sido semanas difíciles en las que se rompió el cascarón de novato que me protegía y muchos cambiaron su porte. El trabajo es el trabajo. Lo mismo a ambos lados del Atlántico y supongo que en todo el planeta. Por mucho que uno disfrute en él, alguien te jodera, mucho o poco, un dia u otro, para bien o para mal.

Con esto quiero decir que, a pesar de que tengo coche, hablo cada día más inglés, juego al fútbol en el Retalteca, estoy cobrando la beca (al fin) y me permito algunos caprichos y me estoy divirtiendo mucho con esta gran experiencia laboral; la presión, el sacrificio, el aguante y en definitiva el trabajo, están presentes desde que suena el despertador hasta que me quedo dormido leyendo una última página, de libro o web.

Recuerdo que de pequeño, cuando veíamos una película los fines de semana en casa de mi padre, convertíamos el salón en la mejor sala de cine y disfrutábamos todos juntos. Mis abuelos, mi padre, mi hermana, como norma general, y mi tía, afortunada compañía cuando se escapaba un fin de semana de las garras de Madrid.

No faltaban los refrescos y sus correspondientes paquetes de cocktail comprados en frutos secos Gema. Avellanas, almendras, anacardos, nueces...mi paladar degustaba cada fruto. Pero entre todo el elenco de delicias, había una que no me gustaba (ni antes, ni ahora) y que tragaba casi sin respirar cuando caía en mi boca por error, cuando por no desviar mi mirada un instante de la pantalla una pasa rompía de algún modo mi gustosa armonía.

Cuando me comía una (la película era buena), intentaba aprender de la amarga experiencia y no volver a comerme más. Obviamente, las pasas no eran (ni son) fruto de mi devoción y no iba (ni voy) a seguir tragándolas por placer.

Sobra decir que, si la película me aburría, estaba más atento al paquete de frutos secos que al sony trinitron de mi abuelo y todas las pasas eran sutilmente apartadas.

Ahora, el cóctel de experiencia, diversión y trabajo que estoy disfrutando es parecido. Cada persona me da un puñado de frutos secos, pero cuando recibo pasas pueden pasar dos cosas: que la película que me cuentan sea buena, entonces aprendo para que cambie las pasas por algún furto seco más enriquecedor para mí y que me deje progresar en la historia, o que la película que me están contando poco tenga que ver conmigo o mis intereses y prefiera apartar las pasas a un lado, meterlas en una pequeña bolsita y tirarlas a la basura.

Fin.

Bueno, creo que lo que iba a ser un prólogo para mi balance interior acabó siendo una entrada crítica de este blog errante. Quería contar que he ido a Wasington con mi otra parte, que fui a ver a el Charlotte Bobcats contra Memphis Grizzlies a la NBA, que ya hago historias interesantes para el periódico y que me lo estoy pasando genial día a día, minuto a minuto. Fui egoista y escribí lo que más me interesaba a mí, pero prometo que esta entrada será la más reciente por poco tiempo.

Ya son las 12 de la noche, las fotos a Facebook las subo mañana. Un abrazo a todos y como diría más de un amigo que dejé en la Tacita de Plata, "menos pasas y más gusanitos Albertito".